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Jueves de Cine en Casa Buñuel. Entrevista a Eugenio Caballero por Elisa Lozano

Basándose en una fluida dinámica de preguntas y respuestas, la entrevista comenzó repasando brevemente la trayectoria de Eugenio Caballero, quien ha colaborado con los directores Jim Jarmusch, Baz Lurthman, Alfonso Cuarón, Sebastián Cordero, Floria Sigismondi, Claudia Llosa, Fernando Eimbcke, Carlos Cuarón, Russel Mulcahy y Paul Anderson, entre otros. Tras la primera pregunta, Elisa Lozano aclaró que el diseñador de producción se dedica a crear la aproximación plástica del cine, relacionándola con lo tangible, a diferencia del director de fotografía, por ejemplo, que procura más bien lo intangible como lo puede ser la distribución espacial de la luz. Pese a que lo digital ha irrumpido en el cine va a seguir siendo necesario crear los ambientes más verosímiles y hacer convivir ambas técnicas.

 

Eugenio Caballero estudió en Florencia la carrera de Historia del Arte e Historia del Cine, lo que le proporcionó un enfoque complementario a su acercamiento a la generación de escenografías. También se educó al ver incontables películas por televisión: hasta cinco por semana. Hacia los 20 años ya había logrado fijar su vocación fílmica a la que se consagraría de lleno, pese a haber tenido al comienzo la idea de haber estudiado Derecho o algo relacionado a la esfera política.

 

Relató que una de sus experiencias formativas más importantes fue conocer su ciudad, la Ciudad de México, gracias a los diferentes recorridos que su profesión le ha provisto, como en el caso de los cines abandonados. Refirió que en un primer momento en la década de los 90 las dos principales dificultades que tuvo que sortear fueron la de la carencia de lugares para especializarse en diseño de producción y, a su vez, la escasa producción de largometrajes, lo que se relaciona con otras charlas de nuestro ciclo cuando se enfatiza las grandes adversidades del cine nacional.

 

Compartió la idea de la charla y discusión para hacer crecer un proyecto poniendo de ejemplo la sentencia del fotógrafo Christopher Doyle, que pensaba la interacción en escena como la de una danza entre actores, cámara y director. Tras referir la importancia de la disciplina en su profesión compartió algunas de sus primeras y entrañables colaboraciones en películas como La otra conquista (1998) de Salvador Carrasco y Romeo y Julieta (1996) de Baz Luhrmann.

 

De su formación se vuelve casi obligatoria la mención de Brigitte Broch, destacada diseñadora de producción germano-mexicana, jefa de decoración en cintas como: Solo con tu pareja (1991), Amores perros (2000), Babel (2006), El invitado (2012). Para Caballero, Broch fue muy importante en su formación, pues le enseñó la importancia de continuar con el legado cinematográfico, la disciplina en el trabajo y el gozo de la creación.

 

Entre los gustos personales relacionados con su trabajo se encuentran, directamente, la carpintería, la ebanistería, la historia de los muebles, con lo que hizo énfasis en el peso artesanal de lo estético en el cine. Una de las películas más relevantes de esa primera etapa fue Santitos (1999) de Alejandro Springall.

 

Resaltó la importancia de conocer la mayor cantidad posible de detalles de cada objeto en escena, de donde narró su relación con los anticuarios de México o el hecho de acudir a La Lagunilla a profundizar su investigación. Con este fin en mente comentó que “hay que diseñar desde la narrativa y no sólo desde la estética”.

 

A partir de la película Crónicas (2004) de Sebastián Cordero, en la que comenzó a experimentar con metáforas narrativas, su relación con la productora Bertha Navarro llegó a fortalecerse de manera considerable.

 

Ante la pregunta de la audiencia sobre si un actor ha aportado alguna vez el diseño de producción para un proyecto comentó que en su caso suele dialogar con los actores tanto para construir el personaje como para hacerlo sentir cómodo en el entorno. Puso de ejemplo la película Europa Report (2013) dirigida también  por el ecuatoriano Sebastián Cordero, en la que tuvo que construir la totalidad de un set que hacía las veces de nave espacial. El resultado tuvo que hacer sentir el realismo de una odisea cósmica por el que la actuación se veía retroalimentada a niveles de mayor realismo.

 

Otra de las preguntas tuvo que ver con la manera en que es posible construir un set tan realista que diera la impresión de haber estado siempre ahí, a lo que respondió que es de lo más difícil pero que lo fundamental es entender “la historia del espacio”.

 

Cuando se le cuestionó sobre sus recomendaciones en términos de selección de carrera para convertirse en director de arte comentó que existen diferentes opciones igualmente importantes como el diseño gráfico, la arquitectura o la historia del arte, pero que en realidad más importante es la capacidad de lograr formar un equipo estable de trabajo.

 

Resaltó la importancia histórica del cine documental en México, cuya sensación de equilibrio entre profuso contenido y presentación estética lo vuelve un género único en nuestro país, destacando el trabajo de Tatiana Huezo o Everardo González. En el caso de este género, puntualizó, es necesario en primer lugar conocer la premisa narrativa para poder concretizar sus ideas espaciales.

 

En el decurso de la entrevista se mencionó su trabajo en la exposición En casa con mis monstruos (2019), de la que fue curador y que presenta ante el público la colección de objetos predilectos de Guillermo del Toro con una secuencia fílmica.

 

También aludió a la muy estrecha relación entre producción de arte y diseño sonoro en la medida en que se debe montar un set que se encuentre aislado de todo ruido que pueda intervenir en la concentración de actores y equipo de producción. Destacó que se siente particularmente orgulloso del set del “hombre pálido” que aparece en la película El laberinto del fauno (2006) del director jalisciense.

 

Ante la tendencia a llevar el cine a las pantallas reducidas, explicó que no tenía ningún problema en que su trabajo se expusiese en formatos más portátiles y que recientemente se ha involucrado más con el auge de los procesos digitales tras comentar sobre un parcial alejamiento con la figura del fotógrafo.

 

Entre las películas más importantes de su carrera mencionó Roma (2018) de Alfonso Cuarón, Un monstruo viene a verme (2016) de Juan Antonio Bayona, Santitos (1999) de Alejandro Springall y El laberinto del fauno (2006) por Guillermo del Toro.

 

La entrevistadora destacó el resto de su trabajo más relevante fuera del cine como el que hizo en el diseño de la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos de Invierno en Sochi (2014), Rusia, o en el espectáculo Luzia (2016) del Cirque du Soleil. Para lograr un buen resultado, remarcó, es fundamental atender la mente de las ideas directivas. El antecedente directo de estas grandes escenografías es su experiencia en el ámbito del teatro con el director suizo Daniele Efinsy.

 

La entrevista finalizó con el comentario de un texto de Arturo Ripstein sobre el escenógrafo español Manuel Fontanals del que se refiere que, a través de las narrativas que genera el cine tanto Ripstein como Caballero, lograron hacer acopio de su identidad mexicana.