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Desarrollo Tecnológico Bélico durante 1ª Guerra Mundial

Publicación revista Toma

Septiembre - Octubre 2014

Cuando se cumplen 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial, repasamos el gran salto tecnológico que convirtió el conflicto en una gran masacre, con imágenes de la época que han sobrevivido hasta nuestros días, gracias a filmaciones documentales preservadas por archivos fílmicos europeos, como el Imperial War Museum Film Archive de Gran Bretaña, y archivos fotográficos digitalizados y puestos a disposición en proyectos como Europeana 1914-1918.

“El curso de la historia humana será cuesta abajo y muy oscuro a menos que nuestra raza aporte inteligencia y voluntad a las graves necesidades que surgen con los aviones bombarderos, el gas venenoso y ese silencioso, invisible, inalcanzable asesino, el submarino”.

Estas palabras del gran escritor inglés H. G. Wells, fueron terriblemente premonitorias: a finales de 1918, cuando la Gran Guerra tocaba a su fin, los inventos del hombre habían arrasado Europa dejando millones de muertos. El gas, las bombas, los dirigibles, los tanques y los submarinos, esos ingenios de última generación, habían cumplido con su cometido.

Armas de infantería

Los tanques fueron los grandes protagonistas en tierra. Todos los países en conflicto lucían sus novedosas capacidades en cuanto tenían ocasión. Otras innovaciones en armamentos previamente desarrollados, como cañones y ametralladoras, consiguieron que la potencia de fuego creciera exponencialmente. A la par del avance de los tanques, los ejércitos desarrollaron una tecnología que pudiera hacerles frente a ellos y a tropas desde las trincheras, como morteros, lanzallamas, rifles con periscopio y temporizadores.

Aeronáutica

La Gran Guerra supuso la puesta en marcha de todo tipo de ingeniosas ideas para hacer la guerra desde los cielos. Por vez primera, los ejércitos dispusieron de flotas aéreas con capacidad de bombardeo y ametrallamiento. Se usaron cámaras para espiar los movimientos y localizaciones del enemigo desde el aire, mediante la fijación de cámaras fotográficas al fuselaje en aviones de reconocimiento. Hasta tal punto se desarrolló la fotografía aérea que se fabricaron metralletas de fotos, instrumentos seguramente inspirados en las cámaras precinematográficas usadas por científicos unas décadas antes. Acorde con los avances en la electricidad, también se desarrollaron sistemas de luces que permitían reconocer un avión en la distancia, por los reflejos en su fuselaje.

Pero la gran innovación bélica en la aeronáutica fue sin duda el dirigible. Los dirigibles, como el famoso Zeppelin, llenaron los cielos de amenazas de temibles bombardeos contra la población civil. A pesar de su enorme capacidad destructiva, su gran tamaño lo hacía impráctico, pues obligaba a emplear muchos soldados en su puesta en marcha y maniobra.

La guerra en el agua

Además del uso de buques de vapor y acorazados, la Gran Guerra marcó el surgimiento de un arma que confería gran ventaja a quien la poseyera. Los submarinos triunfaron en el Atlántico, sobre todo para que Alemania torpedeara a las flotas comerciales de sus enemigos. Aunque hoy pudieran parecernos auténticas “cafeteras”, los submarinos eran la tecnología bélica de punta en el momento.

Guerra química y bacteriológica

Uno de los mayores desastres de la Gran Guerra fue la utilización masiva de gases venenosos y otros agentes químicos. Las armas químicas estaban tan presentes que se desarrolló todo tipo de ideas para ponerle freno a sus males, desde la utilización de palomas para detectar gas o el uso de ungüentos para paliar sus efectos sobre la piel, hasta máscaras antigás, incluidas las que se les ponía a caballos y perros. Por otra parte, camparon a sus anchas terribles pandemias contagiosas que diezmaron a la población, y durante el conflicto se llegaron a utilizar cepas cultivadas de mosquitos para amenazar con utilizarlos como vectores de estas enfermedades.

Telecomunicaciones e inteligencia militar

Las telecomunicaciones, con el uso sofisticado del telégrafo, y la invención del radio y del teléfono, se desarrollaron mucho en este periodo, contribuyendo enormemente a hacer más eficientes algunos factores cruciales de las guerras, como la logística militar. Para labores de espionaje se registró por primera vez la utilización de máquinas de cifrado para la codificación de mensajes.

 

José Manuel García Ortega

Filmoteca de la UNAM