Galería: María Antonieta Pons (1922 – 2004)

Galria María Antonieta Pons- Filmoteca UNAM

Tras dos años de pandemia en nuestro país, el Centro de Documentación de la Filmoteca de la UNAM se complace en retomar sus homenajes a nuestra cinematografía a lo largo de su historia. En este caso, la conmemoración de los cien años del nacimiento de María Antonieta Pons, quien se consolidó como una de las artistas más destacadas durante la Época de Oro del cine mexicano, y considerada como la primera rumbera en películas de cabaret y de ritmos musicales afroantillanos.

Nació el 11 de junio de 1922 en La Habana, Cuba. Incursionó desde muy joven en teatros y cabarets donde llamaba la atención su extrovertida forma de bailar sobre los escenarios.

Para 1938 debutó en el cine con la película México-cubana, Siboney, dirigida por Juan Orol, con quien contrajo matrimonio y pulió su figura cinematográfica para su progresivo ascenso como actriz.

Influenciada por el cine de gangsters y cabarets, característico de Orol, a partir de 1942 comenzó a trabajar como protagonista en varias de sus películas, entre ellas: Cruel destino (1943), Los misterios del hampa (1944) y Pasiones tormentosas (1945). Sin embargo, su actuación destacó en otras cintas como Viva mi desgracia (Roberto Rodríguez, 1943), junto con el entonces debutante Pedro Infante; y Konga roja (Alejandro Galindo, 1943), al lado de Pedro Armendáriz y la cantante haitiana “Toña la Negra”.

Entre 1945 y 1955, María Antonieta Pons vivió su mejor época en la pantalla grande. Casada ahora con el director Ramón Pereda, quien produjo la mayor parte de sus películas, se apuntaló como una de las más grandes rumberas exóticas del cine mexicano, junto a Ninón Sevilla, Meche Barba, Amalia Aguilar y Rosa Carmina.

Películas como Ángel o demonio (Víctor Urruchúa, 1947), Piña madura (Miguel Zacarías, 1949) y El ciclón del Caribe (Ramón Pereda, 1950), fueron un imán de taquilla en México y Cuba, así como en Centro y Sudamérica, desarrollándose la trama en centros nocturnos con números musicales y bailes tropicales. No obstante, a la par de sus papeles de rumbera-rompecorazones también los combinaba con el melodrama, género prolifero de aquellos años, demostrando así su exuberante talento actoral; ejemplo de ello son las cintas La bien pagada (Alberto Gout, 1947) y Un cuerpo de mujer (Tito Davison, 1949) y La culpa de los hombres (Roberto Rodríguez, 1954).

De carisma y disciplina excepcional, se mantuvo siempre comprometida con su carrera como actriz y bailarina. En palabras de ella: “[…] no es lo mismo ‘menearse’ provocando morbosidades, que bailar y sentir y vivir lo que se está bailando olvidándose de todo lo demás […] el propósito único y definitivo de transmitir el sentimiento a través de la interpretación”1.

Sin embargo, la marcada decadencia del género de cabarets la llevaron a filmar su última película Caña brava (Ramón Pereda, 1965), marcando su retiro definitivo de la pantalla grande y el fin del tan afamado cine de rumberas.

Alejada del medio artístico durante sus últimos años, María Antonieta Pons falleció el 20 de agosto de 2004 en la Ciudad de México, dejando tras de sí un legado artístico dentro de un género tan conocido en nuestra cultura cinematográfica.

1Muñoz Castillo, Fernando, Las reinas del Trópico, México, Grupo Azabache, 1993, p. 24.

MUESTRA GRÁFICA

Producción: Centro de Documentación.

Texto: Eric Sebastián Olvera Enríquez.

Montaje: Beatriz Botello Torcuato, Juan Carlos Gama Ávila, Héctor Mateo García.

Diseño de cédulas: Amor Rodríguez.

Selección de Imágenes: Beatriz Botello Torcuato, Juan Carlos Gama Ávila, Héctor Mateo García, Cecilia F. Márquez.

MUESTRA GRÁFICA MARÍA ANTONIETA PONS